Por Carlos Vilchez Navamuel

RSF
nos dice que “La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, publica
desde 2002, una herramienta de promoción
esencial, basada en el principio de emulación entre Estados. Su prestigio le ha
permitido adquirir una influencia cada vez mayor ante las autoridades públicas
nacionales. Numerosos jefes de Estado o de gobierno temen cada año su
aparición. 2002 año de la primera edición de la clasificación”.
La misma fuente explica además que “La
Clasificación es una referencia, citada por medios de comunicación de todo el
mundo, empleada por diplomáticos y organizaciones internacionales, como las
Naciones Unidas y el Banco Mundial, y la llevan a cabo en 180 países
establecida con base en un criterio: el grado de libertad del que gozan los
periodistas. Es una fotografía de la situación de la libertad de prensa, basada
en una valoración de: el pluralismo, la independencia de los medios de
comunicación, la calidad del marco legal y la seguridad de los periodistas en
estos países. Así, no es un palmarés de las políticas públicas, incluso si,
naturalmente, los gobiernos tienen una gran responsabilidad en la evolución de
estos aspectos. Tampoco es un indicador de la calidad de la producción
periodística de un país. Al realizar la Clasificación, RSF elabora tanto un
índice mundial como índices por continentes, que permiten evaluar el desempeño
general de los países en materia de libertad de prensa. Estos índices se
obtienen haciendo el promedio de las puntuaciones de los países de la zona
geográfica, ponderado con los datos de población del Banco Mundial.
Los países que se encuentran arriba en la lista son en primer lugar Finlandia, seguidos de Países Bajos, Noruega,
Dinamarca, Nueva Zelanda y COSTA RICA
se ubica ahora en el puesto número 6 en el mundo, sí señores, cómo nos gustaría
aparecer de igual forma en los índices
de LIBERTAD ECONÓMICA. Venezuela se encuentra en el lugar 139, México
149, Cuba en el 171 y Corea del Norte se sitúa en el puesto 179.
PSF añade en su sitio que “Costa Rica es
el país mejor calificado de América Latina en libertad de expresión y derechos
humanos, constituye una excepción en una región corroída por la corrupción y la
inseguridad. A pesar de que el oficio periodístico se ejerce manera
relativamente libre y de que existe una avanzada legislación en materia de
libertad de información, se han registrado algunas prácticas negativas contra
medios de comunicación, como el espionaje que sufrió el Diario Extra en 2014
por parte del Organismo de Investigación Judicial (OIJ)”. https://rsf.org/es/la-clasificacion-mundial-de-la-libertad-de-prensa