lunes, 28 de septiembre de 2009

El control político de la prensa

Por: Rubén Hernández

Ya es hora de que los medios de prensa asuman su cuota de responsabilidad.


En la sociedad moderna, junto a sus funciones de informar y formar opinión, la prensa desempeña un tercer papel de gran trascendencia dentro de los regímenes democráticos: el control político de los gobernantes.

La mejor ilustración de esa función de la prensa la encontramos en el célebre caso Watergate , que produjo un terremoto en el ámbito político estadounidense y obligó al entonces presidente Nixon a renunciar a su cargo. Algo que hasta entonces parecía insólito y solo posible en países del tercer mundo.

En Costa Rica, tenemos dos ejemplos recientes en que el papel de la prensa fue decisivo para desenmarañar dos sonados casos de corrupción: Fischel-CCSS y Alcatel- ICE, ambos terminados ante los estrados judiciales.

Límites. Sin embargo, esta función de control político de la prensa tiene sus límites, como el ejercicio de cualquier derecho fundamental. So pretexto de informar y ejercer control sobre los funcionarios públicos de turno, la prensa no puede lanzar cargos sin fundamento, condenar de antemano y luego, en los casos en que los funcionarios resulten exonerados por las autoridades administrativas o judiciales competentes, guardar silencio o no admitir que se equivocaron. Este pecado de omisión es tan grave como el que cometen los funcionarios públicos que actúan al margen del ordenamiento jurídico.

Desgraciadamente, en los últimos tiempos estamos viviendo este fenómeno en nuestro país, en que los órganos de prensa –escrita y televisada especialmente– levantan cargos contra funcionarios públicos, los condenan de antemano, y luego estos son exonerados de los cargos levantados en su contra por la prensa, de toda responsabilidad por los órganos administrativos o judiciales competentes.

Sin embargo, los acusadores no se retractan de su error y tratan de desviar la atención del público sobre aspectos secundarios de la resolución exonerativa de culpabilidad, con lo cual dejan sembrada la duda acerca del actuar del funcionario exonerado de toda responsabilidad.

Responsabilidad. Ya es hora de que los medios de prensa asuman la cuota de responsabilidad que les corresponde, pues la deslegitimación cotidiana de los funcionarios públicos, a quienes se sataniza como corruptos por simples errores de omisión administrativa, crea un gran perjuicio al sistema democrático, el cual se va erosionando cada día en la mente de los ciudadanos. Luego esos mismos medios se quejan de que el costarricense no cree en nuestro régimen democrático, cuando ellos mismos han sido los culpables de crear esa deslegitimación.

Con esa actitud irreflexiva y prepotente de no admitir sus propios errores, lo único que hacen es crear el caldo de cultivo para que cualquier demagogo, tipo Chávez, Ortega o Correa, pueda venir el día de mañana a tomar el poder porque los políticos demócratas son todos unos corruptos.

Nota:
Este artículo fue publicado en la página 15 del periódico La Nación el 26-09-09

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