jueves, 26 de mayo de 2011

Perlas del periodismo decente contra el periodismo indecente


Por Carlos Vilchez Navamuel

Nadie debe erigirse un portavoz de la verdad y menos que nadie el periodista
Camilo José Cela


Cierto que existe periodismo honesto, justo, digno, inteligente, sano, pero sin duda alguna existe el periodismo que se utiliza para sus propios intereses, que manipula las noticias con verdades a medias, el que trata la información con excesos, el que fabrica los juicios mediáticos, aquel que consigue las informaciones de manera dudosa, sin olvidarnos que existe el periodismo sensacionalista, amarillista, y de esos profesionales que desempeñan su labor con prepotencia, altanería y peor aún que se creen inmaculados.

El Diccionario de la Real Academia Española DRAE, nos dice que la palabra decente, (Del latin decens, -entis) significa: Honesto, justo, digno, correspondiente al estado o calidad de la persona, bien portado. Y consecuentemente lo contrario a todo esto significa indecente, es decir, si el periodismo no se ejerce con honestidad, justicia o dignidad es un periodismo indecente.

Destacados periodistas han señalado en algunas oportunidades lo que ven en su propio medio, aquí algunas “perlas” de periodistas decentes que se han atrevido a señalar a sus colegas.

La periodista Vilma Ibarra en un artículo titulado “Buen periodismo” nos dice: “Siento vergüenza por la desinformación con que nutrimos todos los días a nuestra sociedad; la mayoría de cuyos miembros no puede decodificar los mensajes que recibe, no entiende de la descontextualización, de la noticia convertida en espectáculo y de la tragedia de un suceso convertida un día sí y otro también en melodrama de quinta.”
http://porunaprensamashumanayobjetiva.blogspot.com/2010/09/buen-periodismo.html

Otros periodistas en el ámbito internacional hartos de lo que sucede en su medio y apegados a la ética han hecho sus observaciones públicamente, el Catedrático Colombiano Javier Restrepo nos dice entre otras cosas que “El periodismo no está cumpliendo con su deber social y lo que busca es el lucro. Cuando el periodista abusa y desconoce los derechos de las personas provoca una reacción de la sociedad de restringir la libertad.” http://porunaprensamashumanayobjetiva.blogspot.com/2009/05/fiscales-y-periodistas-lecciones-que.html

Mas grave aún resulta la afirmación del periodista francés, Jean Daniel cuando nos dice que “Los periodistas tienen una capacidad para hacer el mal que es devastadora. En un día o en una hora se puede deshacer una reputación. Es un poder terrible.”
http://porunaprensamashumanayobjetiva.blogspot.com/2011/02/traficantes-de-informacion.html

El periodista español Alfonso Palomares, ha dicho que “el poder ejercido por un pelotón de periodistas puede convertirse en una tiranía mediática”.

Finalizo con una sentencia del dodecálago de Camilo Cela sobre los deberes del periodista, dice así “Callar antes que deformar; el periodismo no es ni el carnaval, ni la cámara de los horrores, ni el museo de figuras de cera.” http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/biblioteca/literatura/special/cela/dodec_alogo.htm

Si todo esto dicen del periodismo los mismos periodistas, no es extraño entonces concluir que existen dos clases de periodismo, el decente y el indecente, nosotros ya lo hemos identificado ¿y usted?

jueves, 19 de mayo de 2011

Presión mediática versus verdad real


Por Alvaro Madrigal

En un contexto tan deformado por la presión mediática y las pasiones políticas, como es el que rodea los expedientes “Caja-Fischel” e “ICE-Alcatel”, es harto difícil encontrar la verdad real y asignarle la contundencia propia de una sentencia firme. Jamás en la historia judicial costarricense ha habido tanta participación informativa como en estos casos. Y no siempre y esto es lo que plantea la duda central de la posibilidad de rescatar la verdad real para informar y cumplir con la esencia deontológica del periodismo. Fue evidente que hubo abundante información a veces con sutileza y muchas veces sin ella con el sello de orientación o sesgo para influir en la opinión pública y provocar en ella la convicción de la existencia de un delito grave digno de una aplastante condenatoria. Se abusó de la práctica periodística de hablar de “presuntos culpables” o “presuntas anomalías” lo que en la sentencia 2996-92 de la Sala Constitucional es declarado ejercicio abusivo de la libertad de prensa, contrario a la Constitución por entrañar la inversión de la carga de la prueba y apremiar al aludido a demostrar su inocencia. Ni que decir del ultraje al derecho de respuesta materializado en la consignación del descargo sin el despliegue que tuvo la divulgación del “presunto delito” ni del desconocimiento a los principios de adecuación y veracidad en la información que acoge el artículo 46 constitucional.

Pronto se puso de manifiesto que más allá de unos expedientes en que la Fiscalía General acusaba la existencia de graves delitos urdidos por (así los pintaba) una gavilla de bandidos, el país estaba en presencia de dos juicios mediáticos con alta contaminación política que provocó que Calderón, Rodríguez y todos los demás encartados fueran condenados hace años por el imaginario popular a podrirse en la cárcel. En este contexto ¿qué importancia tenía que los jueces dijeran A, B o C, o que el conjunto de las pruebas aportadas por la Fiscalía se desplomara por causa de una penosa impericia profesional de la acusación? Si se identificó en uno y otro caso la verdad real, ¿respondieron a ella las sentencias o hubo temor a la presión de los medios y a los prejuicios populares? Total, la retahíla de imputaciones terminó en una pena al expresidente Rodríguez por instigar a delinquir a un lobo que terminó en virtuosa paloma y en una pena al expresidente Calderón por un hecho calificado como peculado que se dio sin ser él funcionario público. ¡Ah generosas sentencias con los testigos de la corona que corrieron a agradecerle a Dios el pase “a mejor vida” para gozar millones de dólares!.

Por la salud de la República era indispensable blindar estos juicios de la presión mediática y proteger la verdad real. Mas no se logró. Resultado suficiente para pensar con el periodista español Alfonso Palomares, que “el poder ejercido por un pelotón de periodistas puede convertirse en una tiranía mediática”. O como lo sentenció uno de nuestros tribunales penales: “La pluma en la mala praxis del periodismo es mucho más criminal que el bisturí en la mala praxis de la medicina por cuanto la primera mata en vida”.

lunes, 16 de mayo de 2011

Regularán los medios de comunicación en Ecuador


Por Carlos Vilchez Navamuel

El sábado 07-05-11 se llevó a cabo una Consulta Popular en Ecuador, su objetivo, -han dicho algunos funcionarios- buscar fundamentalmente el desarrollar enmiendas constitucionales y políticas públicas que impacten la vida cotidiana de los ciudadanos así como mejorar el régimen de administración de justicia. Luego de haberse contabilizado el 80% de los votos por parte del Consejo Nacional Electoral, el Sí ha ganado por un margen estrecho, y le permite al presidente Correa impulsar su proyecto político. Corresponderá ahora a los senadores redactar nueva legislación, lo que seguro traerá mucha polémica. http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/05/110514_ecuador_consulta_correa_viernes_jg.shtml

La consulta consistía en 10 preguntas, (demasiadas para un Referéndum) me centraré en dos de ellas que tienen que ver específicamente con los medios de comunicación, regulación a la difusión de contenidos, y establecerle responsabilidades a los comunicadores y medios de emisión. http://encontexto.com/actualidad/ecuador-consulta-popular-con-10-preguntas-646.html

Veamos; entre las preguntas para la enmienda constitucional la número 3 dice: “Con la finalidad de evitar conflicto de intereses, ¿está usted de acuerdo con prohibir que las instituciones del sistema financiero privado, así como las empresas de comunicación privadas de carácter nacional, sus directores y principales accionistas, sean dueños o tengan participación accionaría fuera del ámbito financiero o comunicacional, respectivamente, enmendando la Constitución como lo establece el Anexo 3”

Para nosotros esta pregunta no tiene ni pies ni cabeza, coartarle los derechos y libertades a individuos que trabajan, viven y están en el negocio de la comunicación es violar los derechos fundamentales de las personas.

Entre las preguntas de temas generales la número 4 dice: Con la finalidad de evitar los excesos en los medios de comunicación, ¿Está usted de acuerdo que se dicte una ley de comunicación que cree un Consejo de Regulación que norme la difusión de contenidos en la televisión, radio y publicaciones de prensa escrita, que contengan mensajes de violencia, explícitamente sexuales o discriminatorios; y que establezca los criterios de responsabilidad ulterior de los comunicadores o los medios emisores?

Esta pregunta es mucho más importante, porque tiene que ver con los excesos en la información, nos parece que aquí sí cabe hacer la regulación, todas las profesiones deben estar reguladas y deben contener criterios de responsabilidades, de la misma forma que la tienen los médicos, los chóferes o los abogados, no hay razón para que esta profesión esté exonerada de obligaciones y responsabilidades.

En Costa Rica se han notado excesos y violaciones a los derechos fundamentales de parte de los medios de comunicación, ejemplo de ello se ha visto en las informaciones obtenidas por la prensa en los Sumarios de los casos de los ex presidentes y en los juicios mediáticos producto de la forma desproporcionada donde se magnifican las noticias muy de moda en estos tiempos. Esto debe de cesar.

Los periodistas, directores y medios de comunicación de Latinoamérica deberían poner las barbas en remojo, esto puede resultar contagioso, promuevan ustedes mismos desde ahora una buena reglamentación, de lo contrario cualquier día de estos se podría presentar un Referéndum en algún otro país de la región. Sí a la libertad de prensa, con responsabilidades y reglamentada.