viernes, 28 de octubre de 2016

Costa Rica muy bien clasificada en Libertad de Prensa 2016





Por Carlos Vilchez Navamuel

Excelentes noticias nos trae al país el sitio oficial de Reporteros sin Fronteras (RSF) que nos informa acerca del último estudio que publicó esta organización en abril de 2016.

RSF  nos dice que “La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, publica  desde 2002, una herramienta de promoción esencial, basada en el principio de emulación entre Estados. Su prestigio le ha permitido adquirir una influencia cada vez mayor ante las autoridades públicas nacionales. Numerosos jefes de Estado o de gobierno temen cada año su aparición. 2002 año de la primera edición de la clasificación”.

La misma fuente explica además que “La Clasificación es una referencia, citada por medios de comunicación de todo el mundo, empleada por diplomáticos y organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas y el Banco Mundial, y la llevan a cabo en 180 países establecida con base en un criterio: el grado de libertad del que gozan los periodistas. Es una fotografía de la situación de la libertad de prensa, basada en una valoración de: el pluralismo, la independencia de los medios de comunicación, la calidad del marco legal y la seguridad de los periodistas en estos países. Así, no es un palmarés de las políticas públicas, incluso si, naturalmente, los gobiernos tienen una gran responsabilidad en la evolución de estos aspectos. Tampoco es un indicador de la calidad de la producción periodística de un país. Al realizar la Clasificación, RSF elabora tanto un índice mundial como índices por continentes, que permiten evaluar el desempeño general de los países en materia de libertad de prensa. Estos índices se obtienen haciendo el promedio de las puntuaciones de los países de la zona geográfica, ponderado con los datos de población del Banco Mundial.  

Los países que se encuentran  arriba en la lista son en primer lugar  Finlandia, seguidos de Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Nueva Zelanda y COSTA RICA se ubica ahora en el puesto número 6 en el mundo, sí señores, cómo nos gustaría  aparecer de igual forma en los índices de LIBERTAD ECONÓMICA. Venezuela se encuentra en el lugar 139, México 149, Cuba en el 171 y Corea del Norte se sitúa en el puesto 179.

PSF añade en su sitio que “Costa Rica es el país mejor calificado de América Latina en libertad de expresión y derechos humanos, constituye una excepción en una región corroída por la corrupción y la inseguridad. A pesar de que el oficio periodístico se ejerce manera relativamente libre y de que existe una avanzada legislación en materia de libertad de información, se han registrado algunas prácticas negativas contra medios de comunicación, como el espionaje que sufrió el Diario Extra en 2014 por parte del Organismo de Investigación Judicial (OIJ)”. https://rsf.org/es/la-clasificacion-mundial-de-la-libertad-de-prensa

domingo, 17 de abril de 2016

¿Noticias?

Por Constantino Urcuyo Fournier

Como politólogo soy un observador atento de la actividad mediática porque su influencia sobre la formación de la opinión política es abrumadora.

Sigo con sumo cuidado los telenoticieros por cuanto todas las encuestas señalan que este es el primer medio al que suelen acudir los ciudadanos para informarse.

Atendiendo la dinámica de los telediarios, cada día me asombra más su énfasis en la nota roja, particularmente en los allanamientos y decomisos por narcotráfico.

En inglés cuando se habla de noticias, se usa la palabra ”news” , o sea, lo nuevo, lo inédito. ¿Qué hay de nuevo, de noticia, en la repetición de allanamientos e informaciones sobre esa materia?

Está claro que es un problema serio que requiere de la acción represiva de las autoridades; sin embargo, a fuerza de tanta insistencia en el tema, ¿no se corre el riesgo de restarle importancia e inscribirlo en la rutina?

Igual situación ocurre con los hechos de sangre. La insistencia excesiva en informar sobre ellos, ¿no contribuye a su banalización?

Con la obsesión por lo negativo, ¿no se invisibiliza lo positivo? Tenemos logros en ciencia, tecnología, producción, que no sobresalen, opacados por la compulsividad necrológica con la violencia.

La negatividad informativa repercute sobre la legitimidad del sistema político, acrecienta el pesimismo e impide la construcción de ciudadanía.

La rendición de cuentas, la lucha contra la delincuencia y la corrupción son necesarias, pero no son los únicos problemas nacionales.

Los problemas macroeconómicos, productividad, infraestructura, educación, ecología deberían ocupar espacios importantes en la agenda informativa; las políticas públicas relacionadas con estos temas también son noticia.

Reducir las informaciones a la sangre y lo negativo impide ver otros temas y también siembra miedo, escepticismo y rechazo a las instituciones que, si bien tienen fallas, pueden ser mejoradas por la vía de la crítica constructiva.




martes, 19 de enero de 2016

LOS SERVIDORES DE LA MENTIRA

Por Salvador Freixedo 



No existe la prensa libre. Los periodistas tienen una libertad muy limitada. Están sujetos a la línea editorial del medio para el que trabajan y sirven a sus intereses. He aquí como ejemplo esta jugosa anécdota, que algunos conoceréis, sobre John Swinton, que fue redactor jefe del New York Times. En el transcurso de una cena organizada por periodistas en su honor, alguien propuso hacer un brindis por la prensa libre. Estas fueron sus palabras: “No existe la prensa libre. Ustedes lo saben tan bien como yo. Ninguno de ustedes se atreve a escribir su opinión honesta, y si lo hiciese, saben perfectamente que no saldría publicada. En el periódico donde trabajo me pagan por no decir mi opinión sincera. A ustedes les pagan por lo mismo que a mí, y si alguno estuviese tan loco como para decir sinceramente lo que piensa, pronto estaría buscando trabajo. Si yo me permitiese escribir lo que pienso de muchos temas, en 24 horas estaría despedido. El trabajo de los periodistas es destruir la verdad, es mentir descaradamente, es pervertir, es vilipendiar, es adular a los que tienen el dinero y es vender a su patria y a su raza para ganarse el pan. Ustedes lo saben igual que yo. Por lo tanto, ¿a qué viene este brindis por la prensa libre? Nosotros somos las herramientas y los siervos de los poderosos que están tras bastidores. Nosotros somos sólo muñecos; ellos tiran de los hilos y nosotros danzamos. Nuestros talentos, nuestras capacidades y nuestras vidas les pertenecen. Nosotros somos prostitutas intelectuales”.

Lamentable. ¿Pero son exageradas las palabras de Swinton? Yo creo que no. Los periodistas que nunca han tenido problemas es porque quizá nunca se han puesto a investigar un asunto de los denominados peligrosos, de esos que, de saberse la verdad podría perjudicar a alguna institución o persona de relevancia. O casos de implicación gubernamental en algún tema turbio. El mundialmente conocido “Octopus” de Casolaro es un ejemplo de lo que hablamos. El periodista apareció muerto en circunstancias extrañas cuando investigaba un caso de corrupción.

No siempre el castigo final es la “pena capital”. Cuando un periodista se vuelve demasiado revoltoso o le sale la vocación por los poros a la hora de investigar ciertos asuntos, se le retira, se le ningunea y se lo condena al olvido. Hay ciertos temas intocables, y los que se atreven a hacerlo deben pagar un alto peaje y arrastrar el sambenito colocado por el propio gremio.

No obstante, las auténticas víctimas son los ciudadanos, condenados a tragar la bazofia que cuidadosamente les cocinan todos los servidores del MAL con mayúsculas.