miércoles, 10 de marzo de 2010

Libertad de prensa ¿o libertinaje?


Por: Oscar Sierra Quintero

El problema que enfrenta el periodismo moderno es el mismo que enfrentan todas las instituciones que han caído bajo el alero de ese mercantilismo extremo, propio de la sociedad globalizada del siglo XXI, en el que el poderoso caballero don dinero se puso muy por encima de los verdaderos valores humanos.

Así como vemos periódicos que no informan sino que, por el contrario, desinforman y manipulan (o dañan reputaciones, como bien lo anota el amigo Ricardo Vilchez en su articulo publicado en esta misma página titulado; Reglamentar los medios de comunicación y la Prensa),http://porunaprensamashumanayobjetiva.blogspot.com/2009/08/eglamentar-los-medios-de-comunicacion-y.html de la misma forma vemos ahora universidades que no enseñan, abogados que no defienden el estado de derecho (por el contrario, violan las leyes o atropellan al humilde que no se puede defender), médicos que no mejoran el estado de salud (para mantener al "cliente" en su consulta), medicamentos que no curan si no que solo alivian (igualmente, para mantener al "cliente" comprando el fármaco), productos que se dañan al poco tiempo de adquiridos... y paremos de contar.

Este mercantilismo extremo de cuantificarlo todo bajo el signo del $ ha permeado incluso (y esto es lo mas grave) el ámbito de las relaciones humanas, de forma tal que ya en la "civilizada" sociedad del siglo XXI se tabula el valor de alguien por el auto que tiene o por el tamaño de su cuenta bancaria, antes que por sus valores personales, sus virtudes humanísticas o sus conocimientos.

En el caso de la prensa, esta devino, de un imprescindible "cuarto poder" (efectivo ojo avizor de la sociedad), en un sistema mercantilista, la mayoría de las veces prostituido y banal que, mas que informar o culturizar al público, lo que busca es lograr un buen "rating" (si hablamos de la TV y la radio) o una masiva venta de ejemplares (si nos referimos a la prensa escrita. Y para lograr ese objetivo no importan ya los medios que se hayan de utilizar para captar la atención de las masas, por más burdos, vulgares o chabacanos que sean. Y caemos aquí en un decadente círculo vicioso en el cual, en lugar de que los medios masivos eleven el nivel cultural y espiritual de la población, se ponen por el contrario, al servicio de sus más bajos instintos, con la excusa de que "eso es lo que vende".

A ese callejón sin salida nos llevó ese "capitalismo salvaje" denunciado en su momento por el difunto Juan Pablo II. El sistema unipolar que se impuso en el planeta tras el derrumbe de la URSS hace casi dos décadas, nos vendió la idea, a tirios y troyanos, de que cualquier forma de regulación por parte de la legislación estatal era un atentado contra la "libertad de expresión" (en el caso de la prensa mercantilista) o una limitación "a la libertad de comercio" por parte de los grandes empresarios y transnacionales. Y la sociedad sin duda mordió el anzuelo al dejarse confundir con las falacias de los dueños del gran poder económico cuando nos convencieron que "libertinaje" era lo mismo que "Libertad". Que había que reducir el tamaño del "estado interventor" y permitir el saqueo de todo el planeta por la libre y sin ningún tipo de regulaciones, privatizando hasta el aire que se respira, si eso fuera posible. Actitudes tan extremas y maniqueas llevaron, a la zaga, al descalabro económico de una superpotencia como los EE.UU.

Una prensa mercantilizada que no busca informar sino vender vulgaridad y banalidades, pondrá el grito en el cielo, invocando a la sacrosanta "libertad de expresión" (como ellos la entienden, obviamente) cada vez que determinado estado o gobernante insinúe siquiera una regulación o una reglamentación sobre lo que se puede mostrar masivamente al público y lo que no. Con respecto a esto último, remitámonos al sector de la población más vulnerable a ser fácilmente influenciado por no tener aún formados criterios muy sólidos que le permitan discernir lo posito de lo negativo, como son los niños y adolescentes

Llegados a este punto, nos vemos en la disyuntiva que nos lleva a analizar cual de las dos "libertades" tendría mayor peso a fin de cuentas, en este debate: si la del empresario de la prensa que decide él mismo y según sus propios intereses, qué publicar y qué no en el medio de "su propiedad", aunque ello esté afectando la ética y la moral de la sociedad, o la LIBERTAD del ciudadano medio que tiene el derecho de educar a sus hijos bajo los parámetros de una ética y unos valores que lleven a una formación integral del ser, sin las perniciosas influencias y malos ejemplos que se ven constantemente en la omnipresente televisión, la prensa escrita y aún en el cine, la música y los video juegos.

Una vieja y sabia frase esclarece la confusión que se ha establecido entre "libertad" y "libertinaje": TU LIBERTAD DE ESTIRAR LA MANO, TERMINA DONDE EMPIEZA MI NARIZ".

2 comentarios:

  1. marianella castro cortes10 de marzo de 2010, 17:16

    precisamente,de eso se trata, de mantener seres humanos como borregos,exclavizados a un consumismo sin límites. Que mejor manera de hacer llegar publicidades,a las masas si no son los medios de comunicación,mantenerlas entrenidas e hipnóticas,en otros menesteres, sin valores,en palabras llanas (basura) mientras que corruptos y oportunistas, sacan provecho,de la gente adormecida.LIBERTAD DE EXPRESION CREO QUE SOLO PARA LA SANTA INQUISICION.....

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  2. Este é mais um dos artigos contundes e fortes do Professor Oscar Sierra Quintero, que nunca mede palavras e emoções, na tentativa de, abrindo mentes, forjar caminhos.
    Estamos cercados, por todos os lados, com setas que apontam rumos a seguir, desde pequenos.
    Então é muito reconfortante saber que existem pessoas que se preocupam em, apontando erros, aclarar opiniões e nos fortalecer para as mudanças que certamente virão. Obrigada pela coragem Oscar Sierra Quintero, que Dios te bendiga siempre.

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