martes, 4 de agosto de 2009

Reglamentar los medios de comunicación y la prensa


Por: Ricardo Vilchez Navamuel

Es curioso, pero pareciera que el ser humano en general, maneja una conciencia de pre-kinder y cuando mucho, de “primera comunión”. Veamos.

La preferencia que siempre ha sentido por el espectáculo, distracción, diversión y morbo - sin entrar a considerar que estas actividades sean positivas o no - nos permiten darnos una idea de “cuanta madurez hemos alcanzado”….ninguna. Recordemos la frase, “Panem et circenses”, aquella que nos dice que al pueblo hay que darle “pan y circo”, creada por el poeta romano Décimo Junio Juvenal en el siglo primero, así mantenían ocupados y distraídos a los ciudadanos para que no pensaran. Sin duda alguna, el poeta conocía muy bien la naturaleza humana;

También la preferencia por lo superficial, por lo banal, por lo que hoy consideramos como “light”, demuestra un estado de conciencia del ser humano muy poco evolucionado.

La pasión que seguimos teniendo por las cosas materiales y que de alguna manera, ha sido utilizado por aquellos que conocen nuestras debilidades fomentando lo que podríamos llamar el capitalismo egoísta, mercantilismo o sociedad de consumo.

La falta de interés por hacer bien las cosas. La escasa atención que le damos a lo importante. Lo poco rigurosos y alérgicos que somos para reflexionar o mejor dicho la gran pereza a pensar que padecemos. La mediocridad con la que actuamos.

Por eso probablemente aparecieron los “10 mandamientos”, como una forma de conducir a la humanidad. Me refiero a ellos simbólicamente, pues se conocen muchas otras guías a través de toda la historia humana en las diferentes culturas y sistemas religiosos.

Y vemos entonces como ha habido necesidad de reglamentar todas las actividades humanas, desde la práctica de la medicina hasta la profesión de cura; del futbol al que hacer legislativo, de lo económico a lo marítimo, de la utilización del espacio aéreo a una legislación internacional; de las actuaciones de los gobiernos locales hasta los sistemas de dopaje de los deportistas. En fin hoy por hoy casi todo está reglamentado.

Esto no significa que estamos deacuerdo con el “socialismo del siglo XXI” ni con ningún socialismo ni autoritarismo ni nada que se le parezca. La libertad es una condición humana incuestionable, es un derecho humano primario y fundamental.

La actividad del periodismo y de los medios de comunicación, al igual que otras actividades, debe de contemplar este derecho humano. Esto para los demócratas, ya no es discutible. Pero si pienso que debe de ser mejor y más reglamentada. Hay un libertinaje en la actividad que realizan los medios de comunicación y los periodistas, amparados por la libertad de prensa que han hecho que esa actividad, deshonre, haga mala praxis y también sea corrupta.

Deshonre, con los juicios mediáticos, sean estos de políticos, artistas, curas o deportistas. Hace mala praxis, cuando por limitación de tiempo, inmediatez de la noticia o primicia, no actúa profesionalmente y adelanta criterios sin investigación seria. Corrupta porque altera con “verdades relativas” la verdad y por que abusa de su condición de medio en muchas ocasiones.

Para que el lector comprenda mejor la libertad como derecho humano, podemos poner como ejemplo el que uno puede circular por todo el país. En otras palabras hay libertad de movimiento. Pero uno no puede ir por ahí alterando el orden, brincándose los semáforos o transitando en auto en contravía. ¿Por qué?

Porque por el bien de la sociedad hay reglamentos. Si tuviéramos más conciencia, “otro gallo cantaría” pero la realidad humana es la que es. Y los periodistas son seres humanos iguales a todos los demás, a los políticos, a los músicos, a los agricultores o a los economistas. Ellos no son otra raza diferente ni mejor, ni peor. Son iguales sin excepción.

Jean Daniel, periodista francés en una entrevista que le hacen en el periódico español “El País” dice lo siguiente: “La capacidad de hacer el mal que tiene el periodista es devastadora. En un día o en una hora se puede deshacer una reputación, se puede transformar a alguien que tiene fama de ser honesto en un terrible malhechor. Es un poder terrible”. “Enciendes la televisión y ves una cara. ¿Qué ha hecho? Y después de la cara alguien dice: "Ha sido acusado de ..." Sin pruebas. No es sólo la difusión del rumor, es la fuerza que se da a la presentación del rumor”.
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/capacidad/hacer/mal/tiene/periodista/devastadora/elpepusocdmg/20090118elpdmgrep_3/Tes

Esas dos citas reflejan muy bien, esa realidad humana a la que pertenecen los periodistas, ni más ni menos, a la de todos los seres humanos.

Quisiera concluir expresando lo que dice Jean Daniel sobre el periodismo: “El fundamento del periodismo es buscar la verdad y contarla”. Me inclino a pensar que hoy pareciera que la premisa es otra: “Cuenta cualquier cosa que tenga viso de verdad, que impacte y entretenga; poco importa si es cierta o no”.

Si el periodismo no quiere caer en el descrédito en que ha caído la política y el mundo de las finanzas, deberá de poner sus “barbas en remojo”, porque está a punto de precipitarse. Se imaginan, con el poder que tiene la prensa, el bien que podría lograr tan solo buscando la verdad y las soluciones a los graves problemas de la humanidad. Más periodismo al estilo de Jean Daniel y menos sensacionalismo.

Publicado en Agencia Latinoamericana de información
ALAI, América Latina en Movimiento, 2009-08-03
http://alainet.org/active/32132

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