Hace unos días me llegó una información sobre un conversatorio que se realizaría el 22 Abril de 2009 en la Universidad de Costa Rica, la invitación fue hecha por La Cátedra Vicente Sáenz y la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica.
Dos cosas me llamaron la atención, el título del evento, “Desafíos éticos del periodista en los inicios del Siglo XXI” de allí el título de este artículo, y la participación de dos periodistas españoles invitados para tal ocasión, uno era el Lic. Alfredo Semprún Guillén, sub. Director de opinión del Diario La Razón, Madrid, España y el otro el Lic. José Antonio Sentís, Director del Diario Digital El Imparcial, Madrid, España.
Me presenté ilusionado al evento, sé que tanto los periodistas como los escritores españoles se caracterizan por ser muy críticos, y eso me entusiasmaba.
Pero mis expectativas estaban equivocadas, el mencionado conversatorio, me resultó una gran decepción, para empezar la asistencia fue muy baja, si acaso unas 40 personas, la mayoría estudiantes y unos pocos periodistas, el conversatorio fue muy corto, cada uno de ellos habló a lo sumo quince minutos. Con excepción de lo que significa Internet para el periodismo --la liberación total de las ataduras del periodista -- no se dijo nada nuevo, se recordó que el objetivo del periodismo ha sido contra el poder y, a favor de los débiles, que el periodista lo que hace es contar historias que pasan, que si se le llama el cuarto poder entonces era un contra sentido, que los medios de comunicación han sido utilizados con otros propósitos, de la necesidad de ser creíbles, de que la lealtad debe de ser de arriba hacia abajo y viceversa y se recordó al periodismo clásico, ese que actúa con amor a la verdad .
No hubo un solo comentario de autocrítica, no se dijo nada de como se manipulan los titulares, las entrevistas y las informaciones, de cómo muchas veces los periodistas faltan el respeto a las personas a la hora de entrevistarlas, que se violan constantemente los derechos a la privacidad, no se mencionó nada de cómo hacer posible que una persona pueda defenderse inmediatamente y en la misma proporción cuando es cuestionada públicamente.
Se les olvido aceptar que en efecto, la Prensa en general, el periodismo como tal y los periodistas de élite sí tienen poder y poder en demasía.
Y para muestra un “botón” del famoso periodista francés: Jean Daniel, director de la prestigiosa revista Le Nouveul Observateur que sí se atrevió a criticar y señalar su preocupación por el periodismo actual al decir: "La capacidad de hacer el mal que tiene el periodista es devastadora. En un día o en una hora se puede deshacer una reputación (...) Es un poder terrible".
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